Un leve
temblor en las manos
que se extiende, virulento y voraz por mi cuerpo
Veo, como quien no ve, desde atrás, al final de la luz de un túnel que no está,
a quien me ve, pálida y desenfrenada (ella, mi muerte)
su rictus de mofa se ha ido
un frió me sube por la espalda
y la tibieza del charco escarlata
que se pega a mi mejilla, alguna premonición me trae
Quisiera levantarme, hablar, correr, caminar...
no hay dolor o angustia
Qué pensarán, quienes me miran, tirado como un fardo
siento sus manos moverme en todas direcciones
No hay nada de romántico, ni dulce
nada, nada de nada
mi cuerpo va dejando de ser mío, mi calor va dejando de ser mio
huele a nada... el ruido de la calle se extingue para mi
No hay luz, o la vida pasando por mis ojos, solo una nada informe y incolora.
Esto es la muerte
¿o me lo invento para no sentir pánico?
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